Viaje a Islandia

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Islandia es, además de uno de los lugares geológicamente más recientes de la tierra, uno de los últimos en ser colonizado. Parece que los primeros pobladores fueron los vikingos, que en el siglo IX llegaron “por accidente” cuando un vikingo llamado Nddoddr se desorientó en su viaje a las Islas Faroe. Poco después, un noruego llamado Floki Vilgerdarson (conocido como Raven-Floki) llego con la intención de colonizar Snaeland (tierra de nieve). Al subir una montaña descubrió al otro lado un fiordo helado y decidió llamar a esa tierra Island (tierra de hielo) y regresó a Noruega. El primer poblador permanente de Islandia fue Ingolfur Arnarson que llegó en el 874 y fundó la ciudad de Reykiavik (“bahía de los humos”). Poco después fueron llegando multitud de colonos noruegos, escoceses e irlandeses que esquilmaron los bosques para hacer fuego y construir sus casas.

Islandia ha pasado por graves catástrofes naturales: en el s XV la peste acabó con más de la mitad de su población. En 1783 el volcán Laki (el mayor del país) estuvo en erupción durante 8 meses y provocó en Islandia la muerte directa de más de 10.000 personas, así como de la mayor parte de la ganadería del país. La nube tóxica (conocida como “la bruma de Laki”) se extendió por Europa, provocando importantes sequías, heladas e inundaciones por todo el continente, e incluso parte de África y Asia, dando como resultado una hambruna de más de 3 años que mató a más de 6 millones de personas. En 2010 el volcán Eyjafjallajökull entró en erupción causando una interrupción del tráfico aéreo en el noroeste de Europa (más de 95.000 vuelos), produciendo más de 250 millones de euros en pérdidas para el turismo de España y más de 1.264 millones a las compañía aéreas, con la ventaja de que esa disminución del tráfico aéreo redujo las emisiones de 2,8 millones de CO2

Islandia está situada justo en el cruce de las grandes placas tectónicas euroasiática y norteamericana. Esa coincidencia ha provocado que toda la isla esté sometida a  una gran actividad volcánica y geotermal.

El viaje comienza cuando tomamos en alicante el vuelo a Reikiavik, poco más de 4 horas después aterrizábamos en nuestro destino. Lo primero que hicimos fue recoger nuestros coches de alquiler: un Suzuki Gran Vitara algo pasado de kilómetros y años y un Vitara de los más nuevos. Aunque el viaje no iba a ser off road, éramos conscientes de que en Islandia gran parte de las carreteras secundarias no están asfaltadas y algunas son, como ya veríamos más adelante, pistas 4×4 con todas las de la ley.

Nos alojamos en un apartamento (Mosi Guesthouse) que estaba a las afueras de Reikiavik y que ya fue el primer indicador del nivel el calidad del resto de los alojamientos que tendríamos durante el viaje: un edificio antiguo, con un mantenimiento escaso y no destacablemente limpio, pero con un precio de casi 400 € por noche.

Al día siguiente nos dimos una vuelta por la pequeña capital de Islandia: una ciudad agradable y muy tranquila, con la suerte de que nos hizo un día excepcional. Aprovechamos la jornada para pasear por sus calles, hacer una visita “cultural”al famoso Museo del Pene (único en el mundo en su género) y darnos un sorprendente baño en la piscina y playa termal de Nutholsvik, una experiencia muy recomendable y agradable aunque fuera hiciera solo 10º.

Por fin salimos a conocer el país y su extraordinaria y extrema naturaleza. Al poco de empezar a movernos ya nos sorprendió ver la altísima proporción de 4×4 muy preparados que harían palidecer a algunos de nuestros 4×4 relativamente tan preparados y grandes para lo que es habitual en el resto de Europa. En Islandia, el preparador Arctic Trucks tiene dominado este mercado y es especialista en poner unos inmensos neumáticos a todas sus preparaciones.

Desde Reikiavik nos dirigimos a la zona denominada “Golden Circle”, famosa por concentrar múltiples lugares interesantes para el turismo. Durante este reportaje pongo entre paréntesis los nombres de los waypoints que se corresponden con esos lugares.

 Reikiavik – Tingvellir: 40 Km. (13-Tingvellir)

 En el Valle de Thingvellir es donde surgió de los océanos la isla de Islandia. Es la parte elevada y visible de la dorsal Atlántica que separa las placas tectónicas de Noramérica y Eurasia. Marca la creación continua de corteza terrestre y el desplazamiento de las dos partes de Islandia que reposan en placas distintas.  La llanura está rodeada por montes que llegan a los 1000 metros de altura y forman una especie de muralla que bordea la planicie rota por las fallas. Dos grupos de fallas son las más espectaculares. En primer lugar Almannagjá, al oeste de la planicie. Con una longitud de 7,7 kilómetros y una profundidad en algunas zonas de 40 metros, muestra claramente la separación entre las dos placas tectónicas. La segunda línea de fallas más importante es la de Hrafnagjá. Algo más larga (11 Km.) es un poco menos profunda (máximos de 30m).

 

En la parte oeste del parque, se encuentra el lugar (el Lögberg , la roca de la ley) donde se reunió durante siglos el Parlamento islandés, el más antiguo del que se tiene conocimiento. En ese mismo lugar se declaró la independencia de la isla en 1944. Hoy el sitio pertenece al Patrimonio de Humanidad de la UNESCO y en el Parque se encuentra la residencia de verano del Presidente del país.

Tingevllir – Geysir (Strokkur):  60 Km. (13-Geysir)

De camino pasamos por Laugarvant, donde podemos visitar el spa (Laugarvant Fontana . Hverabraut 1, Laugarvant. 34€ por adulto)

Geysir es el padre de todos los geisers, que le deben su nombre. Geysir fue un enorme surtidor de más de 20 metros de diámetro que alcanzaba los 60 metros de altura. Actualmente Geysir no dispara sus chorros de agua hirviendo al cielo. Como no era muy activo, algunos desalmados decidieron tirar jabón y productos químicos para acelerar la frecuencia de sus explosiones, lo que provocó el efecto contrario. Ahora sólo es una gran charca de agua caliente.

No obstante, en la zona de Geysir todavía hay algunos geisers activos. El más conocido es Strokkur, que eclosiona aproximadamente cada cinco minutos y puede alcanzar una altura de unos 20 metros.

Geysir – Gullfoss: 10 Km. (13-Gullfoss)

La doble e impresionante cascada de Gullfoss es uno de los monumentos naturales más visitados de Islandia. Se trata de una cascada creada por la ruptura de las placas que crean el paisaje islandés. Un inmenso bloque de roca roto y quebrado ha creado el salto de agua al desplazarse. La falla ha sido horadada y ampliada a través de las eras por el río Hvítá, que significa río blanco. Esta día tuvimos una enorme suerte y pudimos admirarla con un extraordinario solo que nos regaló un magnífico arco iris.

La cascada de Gullfoss fue de propiedad privada hasta mediado el siglo XX y se especuló con la posibilidad de aprovechar la caída de agua para producir energía eléctrica. La falta de capitales obligó a abandonar la idea.

Gullfoss – Hveragerdi. 74 Km. (13-Hjarðarból)

De camino, a unos 22 Km. pasaremos por la cascada de Vatnsleysufoss (13-Vatnsleysufoss), también llamada Faxafoss.

Poco antes de llegar a nuestro destino encontraremos el cráter de Kerid (13-Kerid). El cráter Kerið tiene unas medidas de 170 x 270 metros y una altura de 55 metros. El lago tiene una profundidad de entre 7 y 14 metros. Lo que lo diferencia de otros cráteres de origen parecido son las tonalidades rojizas que rodean su caldera. Debo decir que fue el único lugar natural en el que nos pidieron pagar una entrada por visitarlo, un punto negativo teniendo en cuenta sobre todo que es de lo menos interesante o espectacular del viaje.

Esta noche dormimos en Hveragerdi, en los apartamentos Hjardarból Guesthouse (13-Hjarðarból), que aunque también tenían un precio pasado de vueltas, al menos eran agradables, cómodos y bien acondicionados.

Comienza un nuevo día y tenemos mucho por delante. Así que tomamos de nuevo la carretera 1, que con sus más de 1.300 Km. rodea el país y en la que al cabo de los días te das cuenta de que es la que seguimos como borregos todos los turistas, que van coincidiendo contigo, día si y día también, en prácticamente todas las paradas que haces.

Hveragerdi – Seljalandsfoss: 76 Km. (14-Seljalandsfoss)

La cascada de Seljalansfoss, de 60 m. de altura, es una de las cascada peculiar, porque que la puedes rodear completamente. Hay un caminito (cuidado que es muy resbaladizo) que sale por la derecha de la cascada que conduce a su zona de atrás. El camino continúa hasta rodearla completamente. El inconveniente es que (como en la mayoría de los lugares de visita de la ruta que da la vuelta a Islanda, estaba llenada de turistas (como nosotros) y cuesta hacer una foto sin que parezca aquello un parque de atracciones.

Seljalandsfoss – Skogarfoss: 29 Km. (14-Skógafoss)

El río Skógá rompe un muro de roca saltando por encima de una meseta para caer en una llanura que permite la vista de Skogafoss desde varios kilómetros de distancia. La cascada se precipita desde una altura de 62 metros y su anchura es de 25 metros. La catarata de Skógafoss destaca en el farallón que bordea la llanura costera.

Como en la mayoría de cascadas, Skógafoss cuenta con varias leyendas. La más famosa afirma que tras la cortina de agua se ocultaría un tesoro, dejado por un vikingo, Þrasi Þórólfsson.

Desde Skogarfoss se puede hacer una pequeña excursión (que no hicimos por falta de tiempo) a ver los restos del avión DC-3 del ejército americano que se estrelló junto a la playa en 1973. Una vez que dejas el coche en el parking (14-Avion) es necesario caminar 4 Km. hasta llegar hasta los restos.

En cambio, si que nos desviamos a ver la piscina de agua caliente que hay en medio de la montaña, llamada Seljavallalaug  (14-Seljavallalaug). Desde ese punto hay una breve excursión a la piscina, que tiene unos vestuarios (un tanto cutres) en los que te puedes cambiar antes de meterte en sus calentitas aguas si no te importa el gelatinoso roce del verdín y las algas.

Skogafoss – Thorsmork: 58Km. (14-Thorsmork)

Este recorrido nos llevó bordeando el volcán Eyjafjallajökull (famoso por su erupción catastrófica para el tráfico aéreo en 2010) hasta la estación de autobús de Thorsmork donde tenemos que tomar el bus que nos cruzará el río hasta el alojamiento de esta noche. Cual fue nuestra sorpresa cuando poco después de que comenzar una pedregosa pero cómoda pista nos encontramos que teníamos que vadear un pequeño riachuelo, y otro después, y otro más (no tan pequeño), y así muchos más hasta que de pronto nos encontramos con un rio de más de 70 metros de ancho, con una corriente muy fuerte. En nuestros míseros Vitaras sin ninguna preparación nos preguntábamos si no nos habíamos equivocado de camino, porque sólo nos habían hablado de un río que nos cruzaría un autobús offroad que ya habíamos reservado por la nada módica cantidad de 25 euros por persona. Cuando tuvimos claro que todavía no habíamos llegado al lugar donde nos debía recoger ese autobús y el tiempo nos acuciaba porque se aproximaba la hora en la que debíamos cogerlo, nos decidimos a vadear el ancho rio, no sin antes ver cómo un verdadero 4×4 de los de allí lo vadeaba sin problemas por una parte que apenas llegaba hasta la mitad de nuestras ruedas. Le echamos valor y lo cruzamos sin problemas, llegando muy satisfechos al lugar donde unos minutos después el autobús nos cruzó una impresionante corriente de agua, estrecha pero profunda y tan fuerte que el autobús debía cruzarla en transversal a favor de la corriente.

Este noche dormimos en un cabaña de madera en el camping Volcano Huts, eso si, a precio de hotel de lujo (apenas 400 € por una cabaña sin baño para tres personas, eso sí, incluyendo el extra de dormir con sábanas y almohadas, como en los mejores hoteles que hemos visto en TV).

Como tenemos un día muy largo por delante, nos levantamos temprano para tomar el bus a Thorsmork a las 08:00. Vuelta a vadear todos los ríos del día anterior, ahora con la seguridad que da conocer el camino y su poca dificultad real.

Thorsmork – Dyrholaey: 81 Km.  (15-Dyrholaey)

De camino aprovechamos para hacer una breve parada en el centro de interpretación de la erupción del Eyjafjallajökull en 2010. Es una exposición privada (gratuita) que tiene además una proyección (de pago) que te cuenta cómo fue la experiencia y cómo se vivió allí.

Poco después llegamos a Dyrhólaey: es una formación rocosa con extraordinarios acantilados, desde la que hay unas vistas increíbles del faro, las playas de arena negra y los acantilados. En estos acantilados es donde pudimos admirar a los frailecillos. Los frailecillos son valientes y fuertes como pocos. Cada año recorren miles de kilómetros en condiciones extremas. De hecho el duro invierno lo pasan en las aguas gélidas del Ártico, mar adentro, donde se hacen con peces pequeños (sardinas y arenques, sobre todo) dejándose llevar por la fuerza de las olas como si su cuerpo fuese el de un barco que soporta toda clase de inclemencias meteorológicas. Su complexión no les permite volar aprovechando las corrientes de aire por lo que deben mover las alas bien rápido para poder avanzar. Se calcula que aproximadamente 400 aleteos por minuto son necesarios para que un frailecillo se mantenga en el aire.

 Dyrholaey – Skaftafell: 159 Km. (15-Skaftafell).

En el camino, llevas prisa, puedes aprovechar para hacer breves paradas y admirar algunos lugares relativamente interesantes:

  • Laufskalavarda (15-Laufscalavarda): curiosos montículos de piedras que la gente ha ido acumulando a lo largo del tiempo.
  • Kirkjugolf (15-Kirkjugólf): suelo de piedras hexagonales de basalto
  • Dverghamrar (15-Dverghamrar): formación de columnas de piedra basáltica

Skaftafell es el segundo parque nacional más grande de Islandia detrás de Thingvellir y se encuentra a los pies del gran Vatnajokull. La joya de la corona del Parque Skaftafell y su mayor atracción turística es su pequeña cascada enmarcada entre columnas basálticas hexagonales llamada Svartifoss o también llamada cascada negra. La excursión a la cascada es un buen paseo de ascensión que te lleva algo más de 1 hora, pero merece la pena. Como no teníamos tiempo no nos hicimos el camino nos lleva al glaciar que (más de 1,5 horas). Si quieres dar un paseo por el glaciar es más que recomendable (como casi todas las actividades en Islandia) que lo reserves con anticipación. Suelen tener una duración total de 3 horas. La edad mínima para realizarlo es de 8 años, con un precio de 5.950 ISK para niños y 11.900 ISK para adultos. Salen a las 11:00, 14:00 y 15:00

Skaftafell – Hofn: 133 Km.  (15-Hafnarnes)

Poco después de pasar la localidad de Hof te puedes desviar al Cabo Ingolfshofdi (15-Ingolfshofdi). Este lugar es una reserva natural donde ver colonias de frailecillos y otras aves. El tour cuesta para los adultos 7.500 ISK, 2.500 para los niños y gratis para los menores de 8 años. Duran 2,5 horas y sale a las 13:15. El recorrido se realiza en el remolque de un tractor.

Nosotros pasamos de largo y más adelante llegamos a la laguna de Jokulsarlon (15-Jokulsarlon) (57 Km. desde Skaftafell), la más famosa de las lagunas glaciares de Islandia, que se formó hace unos 150 años y tiene una profundidad máxima de 200 metros. En el lago admiramos gran cantidad de enormes masas heladas flotando y particularmente, en la zona más al sur de la laguna. Como teníamos contratado un paseo por el lago en un vehículo anfibio, pasamos un buen rato navegando entre témpanos de hielo y viendo alguna foca de vez en cuando, mientras una simpática guía (Soraya, que resultó ser española), nos contaba cosas interesantes sobre ese lago e incluso nos consiguió un trozo de hielo milenario que pudimos degustar como si fuera un chupito de un vino gran reserva.

Debido a su belleza salvaje, Jokulsarlon ha sido escenario de muchas escenas de la gran pantalla. Entre ellas destacan dos: Muere Otro Día del agente James Bond y Lara Croft Tomb Raider. La escena más famosa en la que sale Jokulsarlon en Muere Otro Día es en “la pelea” de cochazos sobre el hielo. Para que Jokulsarlon se congelara por completo y poder rodar la escena, levantaron un dique en su desembocadura evitando que el agua salada del mar entrara en el lago y favoreciendo que en pocos días se congelara la superficie de la laguna al no mezclarse el agua dulce con el agua salada.

La noche de hoy la pasamos en un alojamiento que poco favor hace al turismo de Islandia: la Hafnarnes Guesthouse, donde un insípido estafador se limitó a darnos las llaves de unas habitaciones con camas dignas de albergue y sin un mísero armario, ni silla, ni cuarto de baño, todo ello por un precio de 100€ por persona.

Por fin era un nuevo día y podíamos continuar nuestro viaje.

Hofn – Egilsstadir: 235 Km.  (16-Egilsstadir)

A unos 65 Km. del comienzo de la ruta pasamos por un mirador con extraordinarias vistas de la costa y acceso a la playa (16-Viewpoint), donde nos hicimos unas fotos. La carretera continúa costeando hasta que se mete de lleno por los fiordos. Decidimos desviarnos al pueblo Djupivogur, donde es curioso visitar la instalación artística de una gran colección de huevos gigantes tallados en granito (16-Eggs). Desde este pueblo también se puede tomar un barco a la isla de Papey donde podemos ver a los frailecillos y sus nidos.

El tiempo ya no era tan bueno como en días anteriores, y a la lluvia constante se sumó el barro, ya que la emblemática carretera 1 que rodea el país tiene en esta zona un largo tramo todavía sin asfaltar. La verdad es que es sorprendente que con la cantidad de tráfico turístico que tiene en su temporada alta y los elevados precios que pagamos los más de 2 millones de turistas que llegamos cada año y que supongo que llevarán asociados unos importantes ingresos por impuestos para el estado, no se haya mejorado sensiblemente al menos la carretera principal: no solamente no está totalmente asfaltada, si no que no tiene arcén, ni protecciones en la mayoría de las curvas y aunque tiene multitud de puentes por su ancho sólo permiten la circulación de un carril, lo que requiere estar muy pendiente para no encontrarte otro coche de frente al cruzarlos.

Por fin llegamos a Egilsstadir a eso de las 3, muertos de hambre, y nos llevamos la rata sorpresa de ver que ese día si que habíamos acertado con nuestro alojamiento: una extraordinaria casa particular que nos habían alquilado por una noche y que era perfecta, por dentro y por fuera (Villa Egilsstadir).

Despues de comer “de lo nuestro” nos dimos una vuelta por el fiordo de Seydisfjordur, desde donde sale el ferry que conecta con Dinamarca y que suele ser el punto de llegada de los aficionados al 4×4 que quieren hacer rutas por Islandia. Seydisfjordur es un pueblo bastante pintoresco pero aburrido para los que somos más de sol y risas.

Aunque no fuimos, es recomendable visitar por la zona las cascadas de Litlanesfoss y Hengifoss, que es la segunda más alta de Islandia (16-Litlanesfoss).

Ya era Jueves 17, el viaje se estaba acabando pero hoy teníamos por delante una  etapa extensa e intensa, llena de interesantes lugares para visitar.

Egilsstadir – Detifoss: 163 Km. (17-Detifoss)

Detifoss es la cascada más caudalosa de Europa. Se encuentra a medio camino entre las de Selfoss y Hafragilfoss, las tres en el curso del río Fjöllum. A 300 metros de altura una placa basáltica del cuaternario se rompe en un acantilado que parece un gigantesco órgano y que provoca una catarata de agua, ruido y tierra. La falla que creó la cascada de Dettifoss forma parte de la dorsal atlántica que divide Islandia en dos partes, cada una perteneciente a placas y continentes diferentes, Americana y euroasiática.

Con sus 100 metros de anchura y 45 de caída, el volumen de agua llega casi a los 200 m3/s

La orilla este está mejor comunicada y ofrece mejores vistas (pista F864).

En esta cascada se grabó la escena inicial de la película Prometheus. Es un cascada espectacular, personalmente la que más me impresionó.

Dettifoss – Myvatn: 60 Km. (16-Myvatn)

La zona del lago Myvatn es un lugar único desde el punto de vista geológico, ya que está situada en la Dorsal Atlántica, lo que hace que su actividad volcánica sea bastante intensa (el volcán Askja se encuentra muy cerca y ha habido 9 erupciones en los últimos 32 años). Es un área muy apreciada por vulcanólogos de todo el mundo, y también por ornitólogos, por ser un lugar de cruce de grandes rutas migratorias de aves, sobre todo de patos, que anidan allí. Por todo esto y por su gran belleza paisajística ha sido propuesto por Islandia para formar parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

El lago Myvatn es el cuarto más grande de la isla y está alimentado por fuentes subterráneas, calientes y frías.  El clima es bastante seco y templado a pesar de la latitud en la que se encuentra. La zona debe su nombre al lago Myvatn, que se traduce como “lago de las moscas enanas”, y dependiendo de la época del año (en verano sobre todo) pueden encontrarse muchas moscas, aunque no suelen picar, pero son bastante molestas (suele haber “nubes” de moscas que incluso pueden confundirse con columnas de humo).

Stóragjá (16-Storagja) y Grjótagja (16-Grjotagja) son dos fallas que formaron cuevas con manantiales de agua hirviendo a las que se puede acceder con mucho cuidado. Hay gente que se baña en estos manantiales, pero últimamente las temperaturas han subido llegando a los 70 °C-50 °C, por lo que deben probar antes el agua por si hierve. Desde Stóragjá hay dos senderos señalizados que llevan al manantial de Grjótagjá, y atraviesan un bosquecillo de abedules.

Los castillos negros de Dimmuborgir (16-Dimmuborgir ) son formaciones naturales de lava negra que se solidificaron a diferentes alturas, a causa del contacto con otros materiales húmedos (en realidad son restos de un lago de lava). Tienen formas diferentes, muy curiosas, a veces agujereadas, que forman un auténtico laberinto de lava solidificada que se extienden a lo largo de 2 kilómetros. No es algo soprendente pero pasas un rato por ese laberinto de formaciones volcánicas.

Para llegar al volcán Hverfjall (16-Hverfjall), hay una carretera de grava que conduce a un parking. La ruta de senderismo son unos 10 km ida y vuelta. Las vistas del lago Myvatn desde lo alto del volcán Hverfjall (a 485 metros de altitud) son impresionantes y desde allí también pueden ver los cráteres del volcán, que son como islotes que emergen en el lago. El viento suele ser fuerte, pero vale la pena subir por las vistas espectaculares.

Antes de dejar esta zona optamos por darnos un baño en la piscina termal de Myvatn.

Myvatn –Sveinbjarnargerdi: 74 Km. (16-Sveinbjarnargerdi)

De camino al hotel podemos parar en la cascada de Godafoss (16-Godafoss), una de las más bonitas que vimos. Según cuenta la historia, al lagman Þorgeir se le encomendó la tarea trascendental de decidir si el pueblo islandés adoptaba la fe cristiana. Lagman es un cargo que viene a ser algo así como “hombre de leyes” que eran los que tomaban las grandes decisiones en muchos países nórdicos. Su decisión fue que los islandeses adoptaran la fe cristiana y cuando se hizo de manera formal se dice que fue a su casa y arrojó a la cascada sus estatuas de dioses paganos. El nombre de Godafoss proviene de este suceso y perdura hasta nuestros días.

Esta noche la pasamos en el Hotel Sveinbjarnargerdi, donde el dueño fue muy simpático, comprensivo y se portó excepcionalmente bien con nosotros. Un sitio muy recomendable y con un precio asequible para ser Islandia (148 € la habitación doble con desayuno incluido).

Sveinbjarnargerdi – Husavik: 75 Km.

Lo primero que hicimos hoy fue dirigirnos a Husavik para salir en el viaje de avistamiento de ballenas. Nuestro gozo en un pozo, porque como hacía un día de perros, la mar no estaba para navegar y se habían cancelado las excursiones. Cuando llegamos allí nos dieron la opción de hacer la actividad desde un pueblecito al norte de Akureyri, y como nos venía bien lo aceptamos. En Husavik aprovechamos para ver el museo de las ballenas, en el que puede ver multitud de esqueletos de estos cetáceos y conoce interesantes cosas sobre su vida y muerte.

Husavik – Akureyri: 94 Km. (18-Akureyri)

Akureyri es la capital del norte de Islandia, la segunda ciudad del país después de Reykiavik. Es además el principal puerto pesquero. A pesar de situarse en el norte de Islandia, la ciudad posee un clima relativamente templado gracias a su situación en un fiordo protegido. Su puerto de aguas libres que no se hielan ha tenido un importante papel en la historia del país.  La zona fue poblada temporalmente desde el siglo IX, pero la ciudad se fundó en 1778. Ha sido un centro pesquero y comercial durante toda la historia de Islandia, y fue una de las principales bases militares aliadas durante la II Guerra Mundial.

Además del sector pesquero, la fertilidad de la zona hace que Akureyri sea también un importante centro agrario islandés. Como anécdota curiosa, diremos que Akureyri aparece en el álbum número 10 de Tintin, La Estrella Misteriosa.

Después de comer sushi islandés, famoso en esta zona, nos fuimos directos a Hjalteyri, donde embarcamos para el avistamiento de ballenas a poca distancia de la costa, en un estuario muy protegido del viento. La experiencia fue fantástica, pues vimos dos ballenas varias veces. La verdad es que este lugar parece más recomendable que Husavik aunque sea menos famoso, pues las condiciones meteorológicas aquí suelen ser mejores y al no tener que alejarte del puerto pasas mucho más tiempo viendo ballenas.

Akureyri – Blonduos: 143 Km. (18-Blonduos)

Seguramente lo más llamativo del pueblo es la arquitectura de su iglesia situada en una colina desde donde podemos ver el pueblo desde lo alto, y lo más negativo en recepcionista del Gladheimar Cottages, que se caracteriza por su falta de simpatía y sus pocas ganas de atender al visitante que paga 228 € por dormir en un cabaña prefabricada.

En cualquier caso, es recomendable cenar en el OK Bistro.

Hoy ya es sábado, nuestro penúltimo día viaje. Lo primero que hacemos es dejar la carretera principal y tomar una larga pista que va hacia el norte, bordeando la península de Vatnsnes con el objetivo de ver focas en algún lugar de su escarpada costa. Poco después de comenzar esta pista nos desviamos a un mirador y conseguimos ver multitud de focas en frente, separadas de nosotros por un pequeño brazo de mar.  Seguimos paseando por la playa en dirección a un curioso farallón y de camino Santiago tiene un incidente con un pájaro que se lanza varias veces sobre él con malvadas intenciones. Probablemente cerca estaban sus crías y pensaba el ave que íbamos a quitárselas (lo curioso es que sólo se lanzó a por Santiago).

Seguimos rodeando la península y a mitad de camino decidimos parar a comer, junto a una granja situada frente al mar. Cuál sería nuestra sorpresa, cuando vimos a un caballo saltar la verja electrificada y dirigirse galopando, directamente al mar, para darse un baño delante de nuestras narices, salir del agua y pasear a continuación, ya más tranquilo, pero sin visibles intenciones de querer volver a la granja.

Poco antes de llegar a nuestro tomamos un desvío al este que nos llevó primero a ver el manantial termal de Deildartunguhver (19-Deildartunguhver), el más grande de Europa, con el agua brotando de la tierra a 100º con un caudal de 180 litros por segundo. Actualmente estaba en obras porque parece que están construyendo allí unos baños, pero se podía percibir tras una inmensa cantidad de vapor cómo el agua surgía a grande borbotones por detrás de unas rocas, para luego ser canalizada durante más de 75 kms. hasta Reikiavik para alimentar el agua caliente de la ciudad, con ese olor tan característico a huevos podridos cuando te duchas.

Siguiendo por la carretera llegamos al diminuto pueblo de Reykholt, uno de los lugares históricos más importantes de Islandia y un centro cultural durante siglos. Allí vivió y fue asesinado Snorri Sturluson,  poeta,  político y una de las figuras más importantes de la historia medieval islandesa. Snorri Sturluson, llegó a ser uno de los jefes más temidos de Islandia. En 1218 viajó a Noruega y consiguió la amistad del rey Haakon IV Haakonsson. En 1220 volvió a Islandia con el compromiso, que no cumplió, de someter la isla al rey de Noruega. Es autor de La saga de los reyes de Noruega y de fragmentos de la Edda que él mismo recopiló

Como se nos hacía tarde, decidimos no seguir, pero unos 30 Km. más adelante se encuentra la cascada de Hraunfossar, cuyas aguas caen a través de un campo de lava que fluyó de la erupción de uno de los volcanes bajo el glaciar Langjökull. Justo encima de Hraunfossar se encuentra Barnafoss, también llamada la cascada de los niños. Su nombre se debe a una leyenda que cuenta que los niños de una granja cercana, perdieron sus vidas cuando intentaban cruzarla por un puente natural de piedra, que estaba situado por encima del torrente y, que después del accidente, la madre destruyó.

Hoy dormíamos en Borgarnes, y como era pronto decidimos buscar la piscina/parque acuático del pueblo, que resultó ser un lugar agradable y divertido en el que acabamos bañándonos todos y saltando por sus toboganes de agua, con una temperatura exterior de menos de 10º.

Había llegado a nuestro último día de viaje, y nos quedaban 120 Km. para llegar al aeropuerto. Por el camino dejamos a nuestra derecha el majestuoso volcán Snaefells (donde Julio Verne ubicó la entrada al centro de la tierra) y poco después nos metimos bajo el mar a través del túnel de Hvalfjörður, que nos lleva hasta 165 metros de profundidad para salir a la superficie 6 kms. más adelante, ya cerca de Reikiavik.

Pasamos de largo Reikiavik nos dirigimos directamente al Blue Lagoon, un impresionante complejo de piscinas y spa construido junto a una gran central eléctrica geotérmica. Aquello se ha convertido en un gran centro para el turismo, que no pudimos disfrutar, pues era obligatorio hacer reserva previamente debido a la gran afluencia de público. Así que, comimos, y nos dirigimos al aeropuerto para devolver los coches tomar el avión de vuelta a España.

En conclusión, Islandia es un interesante y sorprendente destino para los que nos gusta la naturaleza y los salvajes espacios abiertos. Hay una extensa red de pistas y mucha cultura offroad, que atrae a locales y foráneos. Para llevar tu coche desde Europa la mejor opción es tomar el ferry en el norte de Dinamarca (a 2.600 Km. de Madrid), que sale los sábados por la tarde y llega a Islandia el Martes a primera hora de la mañana, por un precio de 1.000 € para dos personas con un coche (eso sí, lleva maletero lleno de comida y ahorrarás significativamente).

Mapas calibrados de Islandia:

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