De Guarda al Cabo de San Vicente

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Sábado 24 de marzo Madrid – Guarda

Esta semana Santa nos vamos a Portugal. Tenemos por delante unos 2.000 kilómetros entre carreteras y pistas. Salimos de Madrid con tiempo de sobra para hacer los 377 km que nos llevaran a Guarda.
Allí nos encontramos con Luis y familia y todos juntos nos vamos a cenar a la Bola de Prata. Nos ponemos hasta arriba de carne verduras y arroz todo buenísimo y por un precio más que razonable.
Un corto paseo para ver la catedral y el recinto amurallado y de paso bajar la copiosa cena y al hotel a dormir o por lo menos a intentarlo, porque los radiadores hacen un ruido francamente desagradable, como si tuviesen vida propia, pero al final el sueño nos vence.

Domingo 25 marzo Guarda – Fundao

Madrugamos, pues tenemos por delante 150 kilómetros de pistas de montaña atravesando la Serra da Estrela. El día ha amanecido nublado y las pistas están embarradas y con charcos de enormes proporciones, casi vadeos, y a medida que vamos ascendiendo a los 1.400 metros el barro deja paso a la nieve. En un recodo del camino un árbol caído esta cruzado en mitad de la pista y no nos deja pasar, tiramos de winche y en unos minutos el paso está abierto.

Queríamos visitar la presa de Conchos pero arriba el manto de nieve es de más de un metro y el posible camino que la bordea ha desaparecido, la opción B es bordearla por la carretera pero claro no es lo mismo y además nos quedaremos sin ver el sumidero de casi cinco metros de diámetro por donde cae el agua que abastece a la ciudad de Lagoa.
Hacemos una bajada trialera, de las que crean afición, muy empinada y con piedras muy sueltas que hay que gestionar con cuidado. A continuación encaramos un bonito cortafuegos que subimos en reductoras y a base de exprimir un poco el motor.

En algunos momento nos llueve pero nos deja comer tranquilamente.
Estamos circulando por pistas jalonadas por árboles quemados, cientos y cientos de hectáreas abrasadas y vemos algunos pueblos a los que el fuego llego a rodear por completo llegando a las puertas de sus casas, debió ser horrible.

Llegamos anocheciendo pues la jornada ha sido dura de verdad, dándonos una media de 15 km/h.
Cenamos y a la cama que mañana la jornada será parecida a la de hoy.

Lunes 26 marzo Fundao – Constancia

El día hoy es soleado y las pistas similares a las de ayer, con algún paso complicado por los derrumbes de las pistas, suponemos que debido a la masa forestal destruida y que hay agua en cantidad por todas partes.
La zona es muy boscosa, con cientos de pistas que salen por todos lados y que obligan a ir muy atentos a la navegación, de hecho la cabeza de grupo cambia constantemente por que es difícil encontrar el camino bueno.

Algunos tramos circulan por las pistas de servicio de un gigantesco parque eólico, curiosamente las palas de estos molinos llevan en las puntas unas aletas, que antes no habíamos visto y suponemos que sirven para darles estabilidad, o para dar mayor rendimiento.

Hacemos un par de vadeos de más o menos rueda entera con lecho de piedras sin ningún problema.

Como de costumbre llegamos de noche a Constancia. Hoy han sido 165 kilómetros, pero la media ha sido más baja de la de ayer 13,5 km/h por lo complicado que ha sido encontrar los caminos.

Martes 27 marzo Constancia – Santo Andre

De nuevo un día fantástico de sol nos espera, La etapa de hoy es larga, 275 km si bien ya no es de montaña, lo que nos hace pensar que es asequible pero en el campo las cosas pueden torcerse en cualquier momento.

Estamos atravesando el Alentejo y bordeamos el área militar de Alvo, las pistas súper divertidas llenas de barro y de charcos que son auténticos vadeos, tan es así que Luis y Santi tienen que cambiar los filtros de aire empapados de sus coches.

Estamos rodeando el embalse de Montargil y la pista que debemos tomar está cerrada, optamos por retomar los puntos un poco más adelante, pero Santi que va en cabeza en ese momento se queda en un lodazal muy gordo. Intento tirar de él con el winche pero no se mueve ni un milímetro hacemos un reenvío a un árbol de medio metro de diámetro con una eslinga, pero tenemos que parar pues el coche no avanza ni un centímetro y el árbol amenaza con tumbar si insistimos. No sin dificultad le paso por su izquierda y consigo dar la vuelta a mi coche para tirar de el de frente usando los dos winches a la vez, pero ni por esas, para colmo de males mi winche ha dicho basta, algo se ha fundido en su interior, supongo que por el sobre esfuerzo al que le hemos sometido.

Es el turno de Borja ahora tirando hacia atrás y con mucha paciencia y cambiando el tiro de los winches por fin sale, hemos tardado un par de horas y encima contentos pues algunos ya estábamos viendo la posibilidad de ir a buscar un tractor.

Damos media vuelta pues continuar de frente en ese lodazal solo puede traernos problemas. En una explanada al sol comemos que estamos cansados de todo lo que hemos tenido que trabajar, en mi caso tengo la camisa como si me hubiese caído en una piscina.

Afortunadamente el resto de la jornada transcurre por pistas muy buenas que nos han permitido hacer una media de 24 km/h. Una magnifica cena y a dormir como lirones.

Miércoles 28 marzo Santo Andre – Vilanova de Mil Fontes

Hoy son solo 100 kilómetros pero de los más bonitos que se pueden hacer para mi gusto en Portugal. Pistas de arena muy divertidas que nos llevaran en primer lugar a la laguna de Santo Andre de 500 hectáreas y reserva natural que acoge a cientos de especies de aves. Continuamos por esas pistas arenosas y llegamos al pueblo pesquero de Sines donde se encuentra la casa de Vasco de Gama y un museo dedicado a sus exploraciones. Una breve visita, pues aunque faltan 15 minutos para que cierren nos apremian demasiado insistentemente, cosa rara en los portugueses que son gente encantadora siempre.

Continuamos camino y no sin dar alguna que otra vuelta encontramos un lugar perfecto para hacer la barbacoa, que nos queda espectacular. A pesar de haber sido generosos en la compra de las viandas solo sobran un par de chorizos y una morcilla y es que nos pusimos bien, lo que se dice bien.

Un buen rato de sobremesa y a la ruta que discurre bordeando el mar por esas pistas de arena que tanto nos gustan, vemos la isla de Pessegueiro ocupada por los Cartagineses en el siglo III antes de Cristo y posteriormente refugio de piratas.

Por fin llegamos a Vilanova a buena hora para ducharnos y descansar un poco en el hotel, luego nos desplazamos unos kilómetros para comer en un restaurante que hemos visto cuando veníamos y nos ponemos de un delicioso arroz con almejas y camarones hasta muy arriba.

Jueves 29 marzo Vilanova de Mil Fontes – Lagos

Hoy tendremos 165 kilómetros en los que seguiremos costeando por el Alentejo por pistas de arena y en algunos momentos por «túneles de rayado». Circulamos por los acantilados, la bajada a la playa se hace por una bonita trialera que en algunos tramos está muy rota. Hay gente haciendo surf aunque las olas no son nada del otro mundo. Aunque es algo pronto el sitio es estupendo y comemos allí mismo.

Subimos de nuevo al acantilado y continuamos ruta por una pista muy rápida que nos lleva al Algarve y llegamos al cabo de San Vicente el punto más occidental del continente, el acantilado es brutal y las vistas magnificas.

Las pistas ya se han acabado en este viaje y nos dirigimos a la ciudad de Sagres para visitar su fortaleza, pero de nuevo una norma que no se entiende muy bien hace que a las 6 de la tarde este ya cerrada. De modo que nos largamos con viento fresco a Lagos, ciudad turística donde las haya.

Cenamos apretujados y no demasiado bien y encima con algo de fresco al lado de la abierta puerta del minúsculo restaurante Casa do Ze que me hace sentir como un autentico guiri. De lo que pedimos no hay y no hay otra que adaptarse a lo que tienen. Un corto paseo por sus calles y al hotel a descansar.

Viernes 30 marzo Lagos – Madrid

Después de un fallido intento de desayunar en el complejo hotelero de Iberlagos, donde nos hospedamos (a las 10 de la mañana la cafetera aun no está con su temperatura de trabajo adecuada) nos vamos a buscar un lugar donde hacerlo y lo encontramos.

Desayunamos como príncipes contemplando una reproducción de la carabela Boa Esperança utilizada por los portugueses en el siglo XV en la exploración de los océanos.
Sin más dilación partimos para Madrid.

Gregorio (ESCUDEROS4X4.COM)

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