En Noviembre de 2010, le echamos valor y nos incorporamos a una extraordinaria y, por el momento, irrepetible aventura que atravesaría todo Libia de Norte a Sur, organizada por los excelentes aventureros Nico y Pepe de NATAVENTURA.
Este viaje comenzó en Túnez, desde donde cruzamos por carretera hasta la frontera de Libia en Ben Gardane. Ahí pasamos varias horas hasta que nos dieron el visto bueno a los visados, nos entregaron las matrículas turísticas y nos adjudicaron al joven militar que nos acompañaría de forma obligada durante todo el viaje.
Desde ese punto, y tras llenar los depósitos y los multiples jerrys de gasoil a un precio irrisorio, tomamos carretera hasta la población de Derj, a las puertas del erg de Awari, que nos costó bastante atravesar por sus finas arenas.
Tras el Awari, llegamos al desierto de Akakkus: inmensas llanuras de arena, salpicadas por rocas erosionadas en las formas más diversas, lo que lo convierten en un paisaje espectacular.
En nuestro recorrido por el desierto encontramos restos de explotaciones petrolíferas abandonadas e incluso pequeñas pistas de aterrizaje que se utilizaron para dar servicio a esas instalaciones. Tras el Awbari, bordeamos el Murzuk, un impresionante mar de dunas, que dejaremos para otra ocasión.
Camino del norte visitamos soprendentes oasis y lagunas en medio de las dunas, y nos quedamos maravillados con los petroglifos del uadi Matkhendush.
Desde Trípoli seguimos por la costa hasta Zwara y desde allí seguimos carretera a Túnez, parando a visitar las maravillosas ruinas romanas de Sabratha. Una vez en Túnez, fuimos directos a Ksar Ghillane, donde pasamos la noche en el antiguamente estupendo hotel que hay ne medio del oasis del mismo nombre. El resto del viaje ya fue por carretera hasta tomar el barco de vuelta a Marsella, eso si, haciendo un intermedio para buscar rosas del desierto en el yacimiento que hay cerca de Douz.
Dedico esta crónica a nuestro compañero de viaje Javi, al que nunca olvidaremos.
